Por Yarelis Pagan, MSW, Coordinadora de KZ Charity Mission
Mi tiempo en el jardín, desyerbo, siembro, riego, limpio el área y le hablo con amor a la siembra. Repito eso casi todos los días, es una rutina mañanera. Cada día, semana y mes que pasa tomo un tiempo para admirar como han crecido, si tuvieron hijos o si algunas de las plantas cesaron. Admiro sus diferencias, sus tamaños y sus colores, cada cosecha convertida en flor o fruta me muestra el poder que emanan desde adentro y lo valioso que ha sido el cuidado mutuo que
hemos tenido. Yo las riego, cuido y desyerbo y ellas se encargan de recorrer las
profundidades de la tierra…
Así mismo como cuido y velo por mis plantas debo hacerlo conmigo misma… ¿Cómo? Alimentado mi interior con palabras motivadoras, desyerbando pensamientos que lastimen mis emociones, regando con entusiasmo y alegría mi alma, hablándome bonito cada día y expandiendo mis conocimientos a cada lugar que pueda llegar. Es una tarea que conlleva muchas responsabilidades, esfuerzo y dominio propio. Pero el darme amor a mi misma y
mostrarme lo capaz que soy es una de las cosechas más lindas que tendré.
¡Riégate, cuídate, amate y acéptate con todas tus cosechas tal cual eres!
Yarelis Pagan, MSW
Coordinadora de KZ Charity Mission
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